LA ESCALA MÁS POLÉMICA

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La escala final de Leonor en la ciudad de Nueva York querría replicar la llegada del rey Felipe (entonces príncipe de Asturias) en 1987, cuando se encontró con el presidente Reagan en Washington. La ocasión no puede ser más propicia, pues cualquier ocasión de atraerse las simpatías de Donald Trump ha de aprovecharse en estos tiempos de incertidumbre geopolítica. No parece, sin embargo, demasiado probable. Aunque el presidente Trump admita fascinación con la realeza, su agenda parece inexpugnable.
En aquel mayo de 1987, el príncipe Felipe acudió a la Casa Blanca para charlar con un presidente que, salvadas las distancias temperamentales, tiene mucho que ver con el actual. Ronald Reagan alcanzó la presidencia tras una carrera de actor en Hollywood que supo exprimir para ganarse las simpatías del electorado con un programa económico radical para la época. Donald Trump llega desde los reality shows de la televisión, también con medidas económicas que contradicen el sentido común global.
En aquel momento, fue el rey Juan Carlos quien solicitó directamente a Reagan la entrevista con su hijo. ¿Cabe pensar que el rey Felipe VI haya realizado la misma solicitud al equipo de Donald Trump? La única vez que les hemos visto juntos, en público, ha sido en el funeral del papa Francisco y la cordialidad era patente. Cordialidad, pero no calidez ni cercanía ni conversación alguna. Aquella conversación entre el presidente Reagan y un joven marino de 19 años que sería rey duró 8 minutos. Mucho nos tememos que Leonor no tendrá ni uno.
Sin pretender comprender las razones de alta política que puedan inclinar la balanza de las decisiones de Trump a un sí o un no, cabe fijarse en sus hábitos para suponer un posible portazo a la princesa Leonor en Washington. En la intensa vigilancia que los medios de comunicación estadounidenses realizan al mandatario, han concluido que este ha intentado que su agenda política moleste lo menos posible su rutina habitual. Al menos en sus primeros 100 días de gobierno.
De los 14 fines de semana que se pueden contar en esos primeros 100 días de Trump en la Casa Blanca, el presidente de Estados Unidos ha pasado 12 en alguna de sus propiedades, casi siempre en Mar-a-Lago(en Palm Beach, Florida). Parece que el mandatario no perdona sus fines de semana jugando al golf y que ninguna preocupación por los mercados financieros o los conflictos bélicos son capaces de alejarle de palos y hoyos. No parece fácil que incluya en su agenda reuniones diplomáticas sin rentabilidad inmediata.
De confirmarse la negativa de la Casa Blanca a la petición de recibir a la princesa Leonor,parece lógico que no sean los reyes Felipe y Letizia los que viajen a Estados Unidos para recibir a su hija en el final de su aventura. La presencia de los monarcas en tierras estadounidenses solo subrayaría la imposibilidad de conseguir un encuentro con el presidente Trump o, quizá, con el vicepresidente Vance. Sin embargo, en las últimas semanas se ha anunciado que sí, que Leonor se reuniría con Donald Trump. ¿Por qué?
Lo cierto es que la estancia de la princesa Leonor en Nueva York no va a ser corta: estará en la Gran Manzana del 5 al 19 de junio y podrá desplazarse con facilidad a cualquier gran ciudad estadounidense. Durante este tiempo, es lógico quese busquen contactos al máximo nivel con la heredera y, dada la impredecibilidad de Trump y su equipo, todo puede pasar. Quizá por eso, algunos confidenciales y periodistas de televisión sostuvieron que habría reunión con el presidente estadounidense. Adujeron, eso sí, fuentes de Zarzuela que así lo aseguraban.
Lo que hoy sabemos acerca de la agenda de la princesa Leonor a su llegada a Nueva York parece haber dado un vuelco de lo diplomático a lo familiar. Según Monarquía confidencial, la encargada de recibir a la heredera al trono a su llegada a la Gran Manzana será la reina Sofía, su abuela. Todo parece indicar que Zarzuela valora que sea la emérita quien espere a Leonor al pisar tierra en Estados Unidos.
«La intención sería reforzar el papel de la reina emérita como figura integradora en la Casa Real y, al mismo tiempo, poner en valor los vínculos personales entre generaciones», apuntan las fuentes cercanas a Zarzuela que consulta 'Monarquía confidencial'. Apuntemos que la infanta Sofía estará de vacaciones por esas fechas y ya con su título de Bachiller en el bolsillo. Sería otra presencia bonita para que la llegada a Nueva York de la futura reina fuera redonda.
Recordemos, además, la especial vinculación de la futura reina con la ciudad de Nueva York, la primera gran capital internacional que visitó sin la compañía de sus padres. Fue en abril de 2024 y allí se encontró, según contó la crónica social, con Gabriel Giacomelli, un compañero brasileño del UWC Atlantic College de Gales con el que congenió especialmente y que reside en Manhattan.
HORÓSCOPO
Como signo de Aire, los Geminis son sociables cariñosos y divertidos. Son buenos conversadores y tenaces en sus planes y objetivos, con un punto de despiste. Pero, por la dualidad de su origen zodiacal, también pueden ponerse intensos de repente y obsesionarse con racionalizar todo lo que les rodea.