¿ALÉRGICOS A LA CORONA?

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La velocidad de los acontecimientos vitales se acelera de manera trepidante en la familia Borbón Urdangarin, con toda su segunda generación en momentos claves de su biografía. La infanta Cristina puede sentirse orgullosa, pues Pablo se encuentra en un momento de explosión profesional y felicidad sentimental. Pero Irene, la pequeña, no solo está enamorada: también enfila ya su trayectoria universitaria. Juan y Miguel, hay que admitirlo, son un misterio. Concedamos, al menos, que la ausencia de noticias pueden ser buenas noticias.
Este buen momento familiar de los Urdangarin Borbón, un remanso de calma tras años que han sido ciertamente penosos, ha contado seguramente con cómplices en la familia real. Una de ellas ha sido la reina emérita Sofía, dispuesta a abrir la Zarzuela cuando alguno de sus nietos ha necesitado de un refugio madrileño. Con ella vivió Irene Urdangarin tras terminar el Bachillerato y allí continúa, que sepamos, Miguel. Podemos intuir que la reina Sofía jamás ha dejado de la mano a la infanta Cristina.
La presencia de los jóvenes Urdangarin en el Palacio de la Zarzuela apunta un hecho innegable: supone un apoyo indirecto de los reyes Felipe y Letizia, a los que se supone comprensivos y compasivos con la dura y compleja infancia y juventud que han vivido sus sobrinos. Cabe apuntar que la exquisita discreción de todos ellos, también de la infanta Cristina, ha debido suavizar bastante las tensiones familiares debidas al caso Nóos.
Así las cosas, pareciera que la infanta Cristina y sus hijos han encontrado mejor y más orgánico acomodo con la institución de la Corona que la infanta Elena y su hija, Victoria Federica. Madre e hija han destacado por aprovechar de vez en cuando su presencia mediática para incidir en la teoría de los bandos (en favor del rey emérito Juan Carlos) o demandar más poder de representación institucional. Parece que ninguna de las dos está exactamente contenta con su lugar en el organigrama 'royal'.
Si la percepción de la situación es correcta, cabe sorprenderse con las noticias que apuntan a una desconexión de los hijos de la infanta Cristina, en concreto de Pablo Urdangarin, de toda conexión institucional con la Corona. Que sepamos, ni las infantas ni sus hijos forman parte de la familia real (que se limita a seis miembros desde 2014) e incluso se retiró el título de duquesa de Palma de Mallorca a la hermana menor del rey Felipe. Desde hace más de una década no existe relación institucional, sino familiar y privada.
En este sentido, la trayectoria de los jóvenes Urdangarin y de la infanta Cristina ha sido ejemplar: su retirada del ojo público ha sido decidida. Ni siquiera Pablo Urdangarin, relevante por méritos propios como deportista de élite, ha comentado jamás nada acerca de los reyes Felipe y Letizia o sus hijas, Leonor y Sofía, a preguntas de periodistas. No es el caso de Victoria Federica, por ejemplo, también un personaje público gracias a sus apariciones televisivas y a su trabajo como influencer.
Aunque ahora se repita que Pablo Urdangarin y, por extensión, sus hermanos han decidido 'desconectarse' de hipotéticos deberes institucionales relacionados con la Corona, lo cierto es que no existen tales. Pudimos comprobarlo en el 18 cumpleaños de la princesa Leonor, en noviembre de 2023. Entonces, solo los reyes Felipe y Letizia y la infanta Sofía asistieron a la jura de la Constitución ante las Cortes Generales. Tampoco asistieron los reyes eméritos Juan Carlos y Sofía.
En aquella fecha señalada en la que se unía lo institucional y lo personal, las infantas Elena y Cristina y sus hijos solo tuvieron presencia en la celebración privada. Acudieron los cuatro abuelos de la futura reina y todos sus primos, excepto Juan Valentín y Victoria Federica. La celebración tuvo lugar en el Palacio de El Pardo, donde hubo cena en el comedor de gala y baile para los más jóvenes.
Otra cuestión bien distinta a dicha desconexión institucional, la que insistimos ya se obró en 2004 a iniciativa del rey Felipe, es el deseo de la infanta Cristina de que se haga cierta distancia entre su hija Irene y Victoria Federica. Así lo afirma 'Monarquía confidencial': «No quiere que Irene se parezca a Victoria Federica; quiere que forme su futuro estable, centrado en una carrera y alejada del foco mediático». Pero, claro, eso no tiene nada que ver con la Corona. Es, más bien, otra cuestión que separa a las hermanas.
HORÓSCOPO
Como signo de Aire, los Geminis son sociables cariñosos y divertidos. Son buenos conversadores y tenaces en sus planes y objetivos, con un punto de despiste. Pero, por la dualidad de su origen zodiacal, también pueden ponerse intensos de repente y obsesionarse con racionalizar todo lo que les rodea.