Aurelio Rojas, cardiólogo, sobre el café que más se bebe en España: «Puede aumentar el riesgo de cáncer»

El café se ha convertido en mucho más que una bebida en España. Es cierto que es una de las bebidas más consumidas, el gran referente de todos los desayunos que se precien y que, de hecho, tiene ciertas propiedades antioxidantes que pueden ayudarnos a mejorar nuestra salud y a aportarnos energía después de despertarnos o después de comer.

Pero también es cierto que hay que saber elegir qué café consumimos porque, de lo contrario, podríamos estar yendo contra nuestra propia salud. Es algo que yo, personalmente, descubrí hace unos años.

Desde que tengo 20 años, llevo bebiendo café por las mañanas. En casa de mis padres, el olor cuando me despertaba era el olor a café recién hecho. Un café puro, que mi madre ha hecho toda la vida en cafetera de goteo y que todo el mundo quedaba prendado de él cuando lo probaba. «Yo el único café que bebo es el tuyo», le han llegado a decir.

La cosa está en que cuando me independicé, lógicamente, lo primero que hice fue preguntar a mi madre qué café era el que siempre había bebido en mi casa porque, aunque yo iba a hacerlo en otro tipo de cafetera, quería que el sabor fuera lo más parecido al que más me gustaba del mundo. Mi sorpresa llegó cuando mi madre me dijo el café que siempre había comprado: lógicamente no diré marcas, pero diré que era torrefacto.

El café torrefacto (sobre todo el arábica torrefacto) es uno de los que más hemos consumido en España de forma general. Un tipo de café que, al procesarlo con agua, da como resultado una bebida de un color muy oscuro y un sabor muy potente.

Sin embargo, hay que entender qué es el café torrefacto para entender, a su vez, por qué deberíamos dejar de consumirlo.

El café torrefacto es aquel café tostado con azúcar, lo que le da ese color oscuro tan característico. Al grano puro se le añade azúcar o jarabe de glucosa en el proceso de tostado para que, al caramelizarse y quemarse, torne el grano de un tono más brillante y oscuro que, además, potencia su sabor amargo.

Decimos que este tipo de café es muy común en España porque esta técnica de tostado fue patentada aquí, exactamente por José Gómez Tejedor, un industrial extremeño a quien se lo ocurrió hacer esto para conservar mejor el café.

Este café es, como decimos, uno de los que más se consume en España. O, al menos, uno de los que más se consumía porque somos muchas las personas que hemos aprendido que siempre será mejor consumir café con tueste natural.

Lógicamente, lo es, sobre todo, por el exceso de azúcar al que está sometido cada grano de café, pero también al proceso por el que el azúcar se quema y libera residuos tóxicos.

Esto es, precisamente, a lo que se ha referido el cardiólogo Aurelio Rojas en una publicación de su cuenta de Instagram. «Apuesta siempre por un tueste natural porque el torrefacto o el café de mezcla (que mezcla ambos procesos) contiene azúcares carbonizados ricos en acrilamidas que pueden aumentar el riesgo de cáncer«, asegura en su publicación, ya viral.

Además de este consejo, también recomienda no tomar más de cinco tazas de café al día, tomarlo descafeinado (que tiene las mismas propiedades) si eres sensible a la cafeína y no tomarlo después de las 3 de la tarde para que dicha cafeína no afecte a los ritmos de sueño normales.