Corrector de pies de Pilates, el accesorio imprescindible para fortalecer los apoyos y mejorar movilidad

La salud y la funcionalidad de los pies tienen un efecto dominó que va desde los dedos hasta la coronilla. Pilates tiene el potencial de optimizar la salud de los pies mediante la práctica constante y ejercicios específicos para los pies y una herramienta para mejorar su salud es el corrector de pies de Pilates, un accesorio imprescindible si quieres fortalecer los apoyos, mejorar la movilidad y relajar la zona tensionada.

Este pequeño pero potente aparato de Pilates es un aparato clásico dentro de la práctica, pero al tiempo también es de los menos conocidos. Por eso muchas de sus fans tienden a hablar de él como un accesorio infravalorado. El corrector de pies de Pilates es un pequeño aparato diseñado para fortalecer el pie y mejorar la movilidad que trabaja un pie a la vez. Una pequeña barra metálica sostenida por dos resortes proporciona resistencia al presionarla y posee una barra metálica con un ligero arco para moldear el arco del pie.

El corrector de pies de Pilates se utiliza para ayudar a fortalecer el pie y mejorar la movilidad mediante la acción en diferentes zonas del pie. Presionar la barra con los dedos del pie puede ayudar a mejorar la fuerza del metatarso y el agarre de los dedos. La fuerza del arco se puede incrementar usando el arco para presionar la barra.

Con mayor confianza y fuerza, introducir el corrector de pies en los ejercicios de Pilates pueden añadir un plus a tu práctica que va más allá del campo estrictamente relacionado con la base de tu cuerpo. Con menos apoyo, el corrector de pies de Pilates puede usarse también para mejorar la fuerza y ​​el equilibrio de piernas y caderas.

Con la técnica correcta y trabajo constante, Pilates es excelente para mejorar y mantener la salud de los pies. El dolor de pies puede tener diversas causas. Dependiendo de la causa del dolor, la práctica de Pilates puede ayudar a reducirlo. Algunas causas del dolor de pies pueden proceder de cierta inflexibilidad, mala postura, debilidad en el pie o tobillo, calzado sin soporte o una marcha inadecuada. Además de mejorar el calzado, Pilates puede abordar cada una de estas posibles causas.

Joseph Pilates comprendió la importancia de unos pies sanos incorporando ejercicios específicos para el cuidado y fortalecimiento de los pies de forma consistente a lo largo del método. Sin embargo, la salud de los pies no se limita únicamente a los diez dedos, el arco y los talones. Unos pies sin dolor suelen ser el resultado de un efecto dominó en todo el cuerpo.

Ahí es donde reside realmente el beneficio de una práctica de Pilates integral. Un core fuerte y centrado proporciona un tronco estable que sostiene y fortalece todos los miembros y articulaciones. De la misma forma, unas caderas y piernas sanas, con un equilibrio de fuerza y ​​flexibilidad, aumentan la probabilidad de tener unos pies contentos.

Durante una clase de Pilates, se presta especial atención a la correcta alineación de los dedos de los pies, los pies y los tobillos. Los tobillos deben evitar girarse hacia adentro o hacia afuera, alineándose sobre los pies. Ya sea en la colchoneta o en el reformador, la distribución del peso es vital para el equilibrio y el desarrollo muscular saludable. Al estar de puntillas, el peso debe centrarse entre el primer y el segundo dedo. Si se presiona con los talones, el peso se centra en el talón.

El corrector de pies de Pilates te va a ayudar a disfrutar de un delicioso masaje que no solo trabajará toda la fascia y abrirá los músculos de los pies, sino que también te ayudará a concentrarte en el estiramiento bidireccional. Mientras te masajeas el pie, te extiendes hacia abajo con la pierna de apoyo y hacia arriba por la coronilla. Cuanto más involucres todo el cuerpo, más efectivo será.

Debes poner a planta del pie está sobre la barra y el talón en la parte posterior de la base. La pierna de apoyo está a una distancia similar a la de un paso o un poco más cerca. Puedes extender los brazos a los lados o detrás de la cabeza. Siente el estiramiento a través de la parte posterior de la pierna sin bloquear la rodilla. Endereza las caderas. Mire al frente en lugar de mirar hacia abajo, a su pie.

Presiona la barra hacia abajo y desliza todo el pie sobre ella. Cuando el talón llegue a la barra y la planta del pie toque el suelo, levanta el talón. Luego, presiona el talón hacia abajo e invierte el masaje. Repite esto de 3 a 5 veces y luego cambia de lado. Si es necesario, repite con el pie que requiera más atención. Es una buena idea situarse frente a un espejo para no tener la tentación de mirar hacia abajo o inclinarse hacia adelante para mover el pie hacia adelante y hacia atrás.