Ha cumplido 10 años

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El más valioso de los aderezos que ha lucido la princesa Charlotte es, sin duda, la tiara que llevó en la Coronación de su abuelo, el rey Carlos III, una excepcional joya de plata y cristal, realizada a medida entre el equipo de Alexander McQueen y la sombrerera Jess Collet, e inspirada en una corona de hojas de laurel, a juego con la que llevó su madre, la princesa de Gales.
La pieza está hecha de tul plateado, envuelto en hilo de plata bordado y adornado con pequeños cristales. La tiara, una propuesta contemporánea frente a las tiaras clásicas, guardaba un gran parecido con las que llevaron las damas de honor en la coronación de la difunta reina Isabel II, en 1953, y reforzaba el papel de Charlotte como princesa.
Las dos tiaras reforzaban, además, la conexión entre madre e hija. Pero también escondía otro homenaje: su autora, Jess Collet, puso en marcha su negocio, hace casi 30 años, gracias a un préstamo de la Fundación Prince's Trust, el proyecto benéfico hoy más emblemático de Carlos III. La tiara de Charlotte está valorada en unos 80.000 euros.
¿Se la volverá a poner? No es fácil decirlo al ser una pieza tan significativa. La próxima coronación será la de sus padres, Guillermo y Kate, y quizá, entonces, tenga la edad suficiente para lucir su primera tiara de diamantes. La colección de la Corona y la de su propia madre es una de las más variadas y ricas de Europa.
Otra de las piezas de Charlotte que más han llamado la atención, hasta ahora, es el pequeño broche en forma de herradura que lució en el funeral de su bisabuela, la reina Isabel II, en 2022. La princesa vestía de luto, lo que hacía que la joya destacara especialmente. Es un homenaje al amor por los caballos y la equitación de la familia real. Perteneció a la reina madre y, después, a la reina Isabel. Es de diamantes y data de hace más de un siglo.
En 1929, la reina madre, todavía duquesa de York, se fotografió con la pieza que, procedía del joyero de la reina Mary, su suegra. Por eso, posee un gran valor histórico y sentimental. Su precio está en torno a los 10.000 euros. Parece que fue un regalo de la propia Isabel a Charlotte, que adora los caballos igual que su bisabuela.
La princesa Charlotte ha lucido otras dos piezas con gran significado: una pulsera de perlas que llevó en la coronación de Carlos III como homenaje a la reina Isabel II, con un valor de 2.000 euros, y otra, de oro, que lleva grabado su nombre en letras árabes con un «charm» protector, de unos 100 euros.
Una última pieza con la que se la ha fotografiado tiene una inesperada conexión con el príncipe Harry. Se trata de un collar, que lució en la pasada misa de Navidad en Sandringham, y que es un diseño elaborado de oro y rubíes de Aya, la marca de joyería de la exnovia de Harry, Chelsy Davy. Su valor es de cerca de 2000 euros.
La princesa Charlotte sigue el camino de otras damas de la familia real que han utilizado sus joyas para lanzar mensajes afectivos. Es algo que, sin duda, ha aprendido de su madre, para la que las joyas son una manera de afirmar el vínculo con generaciones pasadas y con importantes figuras de la realeza.
Charlotte es todavía una niña, pero heredará, sin duda, valiosas piezas personales de los Windsor que, tras el fallecimiento de Isabel II, pasaron al joyero de Kate Middleton. Entre estas joyas, figura el collar Hyderabad, una de las piezas más caras, con un valor de 80 milllones de euros.
Fue un regalo de boda para Isabel II del Nizam de Hyderabad, en 1947. El collar, elaborado por Cartier, en 1935, está compuesto por 50 diamantes de gran tamaño y Kate ya lo había lucido en varios banquetes de Estado. Era uno de los favoritos de Isabel II y hoy es propiedad personal de Kate.
Charlotte podría ser también la heredera del collar Festoon de Jorge VI, con un valor de 45.000 euros, que Kate lució en las fotos oficiales de la Coronación de Carlos III y que hoy le pertenece. ¿Y el anillo de compromiso de Kate que fue propiedad de la princesa Diana, abuela de Charlotte?
Es previsible que Kate lo lleve hasta su muerte y entonces podría pasar a cualquiera de sus tres hijos, quizás a George, el primogénito y heredero de la Corona, para que sea lucido por otra futura reina de Inglaterra. Hay otra joya cargada de significado, que Charlotte podría lucir: la tiara Spencer, favorita de Diana, que hoy pertenece a Charles Spencer, hermano de la difunta princesa de Gales, y que el conde podría prestarle a Charlotte para reforzar ese vínculo afectivo e histórico entre Diana y su nieta.
HORÓSCOPO
Como signo de Aire, los Geminis son sociables cariñosos y divertidos. Son buenos conversadores y tenaces en sus planes y objetivos, con un punto de despiste. Pero, por la dualidad de su origen zodiacal, también pueden ponerse intensos de repente y obsesionarse con racionalizar todo lo que les rodea.