REINAS CON MANTILLA

Reina blanca y reina negra en el Vaticano: Letizia y Máxima enseñan sus cartas en la misa inaugural del pontificado del papa León XIV

Hubo récord de reinas consortes, primeras damas y mandatarias en la misa inaugural del pontificado del papa León XIV en el Vaticano. Pero la reina blanca, Letizia de España, y la reina negra, Máxima de Holanda, acapararon el foco.

La reina Letizia eligió un vestido blanco de Redondo Brand para asistir a la misa de inauguración del pontificado del papa León XIV. CASA REAL
Reina blanca y reina negra en el Vaticano: Letizia y Máxima se disputan el foco frente al papa León XIV
Elena de los Ríos

La capital del mundo estuvo ayer, como en las últimas semanas, en la plaza de San Pedro del Vaticano en Roma, donde Robert Prevost, ya convertido en el papa León XIV, celebró la misa con la que inauguró su pontificado. Como en el funeral del papa Francisco, volvimos a ver a monarcas, mandatarios y jerarquía eclesial muy atentos a las palabras del nuevo santo padre, una figura aún ciertamente enigmática que va dando pistas acerca de su talante y personalidad. Avancemos algo: en el obligado besamanos por el que pasaron reyes y reinas, incluidos Felipe VI y Letizia, no estuvo demasiado entusiasmado.

A nadie se le escapa que los credos religiosos vuelven a pesar en un contexto geopolítico en mutación, como agarradero ante temores y frustraciones que no pueden exorcizarse de otra manera. Mientras algunas iglesias se radicalizan al hilo de ciertos movimientos políticos, el catolicismo ha resuelto el relevo más importante del último medio siglo en la figura de un papa agustino (una orden mendicante, que vive de la caridad), estadounidense (como el imperio que ahora mismo agita el mundo) y misionero (empeñado, sobre todo, en revivir la doctrina social). El papa León XIV lo confirmó en su homilía ante reyes, presidentes y primeros ministros.

«En nuestro tiempo, vemos aún demasiada discordia, demasiadas heridas causadas por el odio, la violencia, los prejuicios, el miedo a lo diferente», y por «un paradigma económico que explota los recursos de la tierra y margina a los más pobres», declaró el papa León XIV. «No se trata nunca de atrapar a los demás con el sometimiento, con la propaganda religiosa o con los medios del poder, sino que se trata siempre y solamente de amar como lo hizo Jesús», resaltó acerca de la misión de su pontificado, que interesa sobre todo a las monarquías católicas, entre ellas, la española de los reyes Felipe y Letizia.

El papa León XIV abrazó afectuoso a su hermano

Monarcas y mandatarios escucharon el mensaje del nuevo papa y, ya después de la misa, desfilaron en un besamanos histórico, por incluir a 150 delegaciones venidas de todo el mundo. Hubo matices: el papa León XIV pareció querer despachar rápidamente a los dos representantes estadounidenses y sus mujeres, el vicepresidente JD Vance y el secretario de Estado Marcos Rubio. Sin embargo, quiso recibir en audiencia especial al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, y su mujer, Olena Zelenska. Y le vimos abrazar a su hermano, Louis Prevost, y saludar con mucha calidez a Dina Boluarte, presidenta de Perú. Recordemos que el nuevo papa tiene nacionalidad peruana.

Pese a la acumulación de nombre propios y la significación geopolítica de la reunión, las cabezas coronadas volvieron a llevarse todos los focos, sobre todo las reinas consortes. En ese acto de inicio de pontificado sí pudimos volver a ver a las reinas de monarquías católicas haciendo uso del privilegio que les permite vestir de blanco en presencia del papa, con desigual resultado. No sorprende ya a estas alturas que la reina Letizia destacara como la más elegante, con su mantilla de Lina, su vestido minimalista de Redondo Brand y el toque personal de sus 'kitten heels' de color 'nude'.

Los reyes Felipe y Letizia, en el interior de la basílica de San Pedro en el Vaticano. casa real

La reina Matilde de Bélgica, impecablemente vestida por Dior, deslució su look con unas gafas de sol negras, mientras que la princesa Charlène de Mónaco, muy favorecida con un vestido de línea A de Elie Saab, no acertó al lucir flequillo y mantilla. La gran duquesa María Teresa de Luxemburgo, con un vestido de Natan, tampoco alcanzó el mínimo de formalidad y no lució el preceptivo velo de encaje. Fueron la reinas blancas, aunque Letizia volvió a impresionar por la elegancia minimalista de su look. Hubo quien echó de menos las perlas de Isabel II en su adorno, pero su sobriedad venía al caso. Solo lució los pendientes de diamantes y perlas australianas.

Esta Letizia de blanco ejerció su papel de consorte a la perfección, como sucede cada vez que representa a la Corona junto al rey Felipe. Durante toda la mañana, fue él quien llevó la voz cantante, también en el saludo al papa León XIV en el interior de la basílica de San Pedro. El monarca español fue el invitado que más tiempo charló con el santo padre: un largo minuto, frente a los 30 segundos que tuvieron otras personalidades. ¿fue ese otro privilegio? No: el Rey se tomó todo el tiempo que correspondía a la delegación española, en la que también iban los ministros Bolaños, Montero y Díaz y el jefe de la oposición, Alberto Núñez Feijóo.

El rey Felipe invitó al papa León XIV a visitar España

Aunque no pudimos escuchar lo que le dijo el rey Felipe al papa León XIV, es fácil intuir que hubo felicitación, agradecimiento (se llevó la mano al pecho al final de su charla) y una invitación a visitar España, un viaje que el papa Francisco no llegó a realizar. Mientras, la reina Letizia apenas pudo saludar al pontífice, ya que el Rey quiso exprimir al máximo ese minuto de audiencia que consiguió con este. Puede que le confirmara la complicidad de la Corona española con su misión, ya que el mensaje que Zarzuela publicó en X (Twitter), así lo anunciaba:

«Felicitamos al cardenal Prevost por su elección como nuevo pontífice, el Papa León XIV», rezaba el mensaje difundido por la Casa Real. «Su llamamiento a la paz nos inspira, nos anima y refleja los deseos y sentimientos más profundos del pueblo español». Y de nuevo: «Siempre nos seguirá inspirando su convicción de la necesidad de llevar consuelo a los más pobres y necesitados». Sabemos que el pontífice tiene en mente España, pero por otros motivos: en el primer día de su pontificado reactivó las exigencias de reforma al Opus Dei, que además tiene una causa por trata y explotación laboral a mujeres en Argentina.

La reina Máxima, entrando en la plaza de San Pedro del Vaticano, en la que se celebró la misa de inauguración del pontificado de León XIV. INSTAGRAM (koninklijkhuis)

El silencio de Letizia, la reina blanca, contrastó muchísimo con el protagonismo de Máxima de Holanda, la reina negra. Vestida de oscuro de cabeza a pies, con uno de los estilismos más comentados del día por una falda llamativamente larga, Máxima Zorreguieta volvió a demostrar que es la consorte que mejor lleva la mantilla, con permiso de Matilde de Bélgica. Toda la contención de Letizia ante el papa León XIV se volvió actitud solícita en Máxima, que se inclinó llamativamente ante el pontífice y quiso agacharse repetitivamente para hablarle con cierta intimidad, acaso para poner sus palabras a salvo del resto de la delegación de Países Bajos.

Si los reyes Felipe y Letizia tuvieron tiempo extendido para hablar con León XIV, la reina Máxima tuvo que acelerar sus palabras, pues además de su mensaje personal al pontífice se encargó de introducir al primer ministro holandés, Dick Schoof, con el que compartió tiempo de saludo. Recordemos que Máxima, argentina, continuó siendo católica tras su matrimonio con el rey Guillermo, educado en el luteranismo. Además, es la otra consorte que sí puede hablarle al nuevo Papa en español. Seguramente, la lengua que más cerca lleva de su corazón.

HORÓSCOPO

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Géminis

Como signo de Aire, los Geminis son sociables cariñosos y divertidos. Son buenos conversadores y tenaces en sus planes y objetivos, con un punto de despiste. Pero, por la dualidad de su origen zodiacal, también pueden ponerse intensos de repente y obsesionarse con racionalizar todo lo que les rodea.